Escapadas por Extremadura

¿Qué lugares hay que ver y visitar en Mérida, Extremadura?

Por Marketing21 septiembre, 2022
Que ver en Mérida

En esta ocasión haremos una parada en la capital de Extremadura, os aconsejaremos qué ver en Mérida.

Ante de nada os queremos poner un poco en situación. Mérida es una ciudad de origen romano, que guarda un verdadero tesoro de arquitectura de esa época.

Cuenta con una larguísima historia de más de 2.000 años, por lo que en sus calles hay además importantes monumentos visigodos, árabes y barrocos, pero a pesar de ser impresionantes, no pueden hacer sombra al gran legado romano existente en la ciudad.

¡Te mostramos los lugares hay que ver y visitar en Mérida!

Si te estás planteando una visita a la provincia de Badajoz, querrás saber qué ver en Mérida.

Tal y como te comentamos, son muchos los monumentos que visitar en Mérida, pero si vas con poco tiempo seguramente no te dé tiempo a verlos todos, por lo que te mostramos algunos de los más importantes que visitar en Mérida Extremadura.

  1. Teatro Romano de Mérida

El Teatro Romano es uno de los monumentos imprescindibles que ver en Mérida, ya que es además uno de los más conocidos.

El Teatro se construye bajo el patrocinio de Agripa, yerno de Augusto, a caballo entre los años 16 y 15 a.C., cuando la Colonia fue promovida como capital provincial de la Lusitania. Al igual que el edificio contiguo del Anfiteatro, el Teatro se edificó parcialmente en la ladera de un cerro, lo que abarató sustancialmente los costes de su fábrica. El resto se erigió en obra de hormigón forrada de sillares.

Aunque los romanos no eran muy aficionados al teatro, una ciudad de prestigio no podía dejar de contar con un edificio para los juegos escénicos. El de Augusta Emerita fue especialmente generoso en su cabida: unos seis mil espectadores.

  1. Anfiteatro

Otros de los monumentos que ver en Mérida es el Anfiteatro, el cual fue erigido en el 8 a.C., tal y como atestiguan las inscripciones halladas en sus tribunas.

El Anfiteatro sirvió de escenario para espectáculos muy populares: los juegos de gladiadores, las cacerías de fieras y la lucha entre animales salvajes en escenarios artifíciales que recreaban bosques, selvas con lagunas o desiertos, todo ello sobre las grandes tarimas de madera que formaban la arena.

La cabida aproximada de este coso gigantesco era de entre quince y dieciséis mil espectadores.

En la arena se aprecia la presencia de un gran foso. En él se asentaban los pilares de madera que sostenían las tarimas y, bajo las cuales, se ocultaban todos los ingenios necesarios para el desarrollo de unos espectáculos tan complejos.

  1. Acueducto de Los Milagros

Este colosal acueducto forma parte de una conducción hidráulica que traía aguas procedentes del pantano de Proserpina o Charca de la Albuera.

Popularmente es conocida como “Los Milagros” por la admiración que causaba en lugareños y forasteros su estado de conservación a pesar de los avatares del tiempo.

Y no es para menos, pues se conservan más de ochocientos metros de este acueducto, alguna de cuyas pilas de granito y ladrillo se alzan veintisiete metros por encima del terreno.

Si observamos detenidamente el monumento nos daremos cuenta de un interesante detalle: el lugar por donde fluye el arroyo Albarregas se resalta en el acueducto con un bello arco de sillares de granito.

  1. Circo Romano

Se trata de uno de los circos mejor conservados del Imperio, y uno de los más grandiosos.

Sus dimensiones lo certifican: cuatrocientos tres metros de largo por noventa y seis y medio de anchura.

Así mismo, su cabina pude ser de hasta treinta mil espectadores.

Edificado en tiempo de la dinastía Julio-Claudia tuvo varias ampliaciones y restauraciones, siendo la última constatada del siglo IV d.C.

Su planta es la de un rectángulo uno de cuyos extremos, el sudoriental, concluye en semicírculo. En él se ubicaba la puerta por la que salían los aurigas vencedores (porta pompae). El extremo noroccidental, el más cercano al centro de interpretación de este monumento, era rectilíneo, con los ángulos redondeados. En él se ubicaban las jaulas de salida de los carros (carceres).

Los lados longitudinales estaban ocupados por las gradas, que debieron de estructurarse de igual manera que las del Teatro. Un podio separaba a éstas de la arena. En el eje de uno de esos lados se ubicaba la tribuna, desde donde disfrutaba del espectáculo su patrocinador; en el mismo sitio, pero en lado opuesto, se encontraba la tribuna de los jueces.

La arena estaba longitudinalmente recorrida en su centro por un muro sobreelevado, la spina. Los grandes huecos que podemos observar nos recuerdan que la spina del circo emeritense estuvo decorada con obeliscos y estatuas colosales.

  1. Templo de Diana

Se trata de un Templo de Culto Imperial ubicado al fondo de una gran plaza que fue parcialmente nivelada.

De la plaza se conservan aún lastras de mármol de su pavimentación, así como los muros que la delimitaban, también los dos estanques que flanqueaban al edificio.

Debió de erigirse aún bajo el poder de Augusto.

El templo, de planta rectangular, se alza sobre un alto podio de granito que concluye en molduras. Sobre él asienta la columnata cuyos tambores de granito estuvieron estucados y pintados. Esta columnata rodea todo el templo. En su frente, al sur, presenta seis columnas sobre las que asentaba el tímpano. Una escalinata, de la que sólo se conserva la subestructura, servía de acceso a la cella. En una exedra que segmentaba la escalinata puede que se ubicara el altar.